miércoles, 31 de octubre de 2012

La paradoja de la productividad

A finales del siglo XX se empezó a analizar el porqué del escaso o nulo impacto que tenía el incremento en los medios tecnológicos sobre el nivel de productividad. Esta situación se conoce como Paradoja de la Productividad o Paradoja de los Ordenadores de Solow.


Robert Solow, economista estadounidense, dijo que se podía ver el establecimiento de la era de los ordenadores en todos sitios menos en los gráficos de productividad. Profundizando más sobre este tema, Erik Brynjolfsson indicó, ya en 1993, que era necesario analizar con más detalle la relación entre la tecnologías de la información y la productividad, así como la medición del impacto entre ambos factores, antes de caer en el alarmismo.

Quizá por ello, es necesario analizar que se está midiendo bajo el concepto de productividad. En el sector de industria, la productividad es evidente, la relación entre los medios disponibles y lo producido es directa, aunque siempre es necesario identificar los cuellos de botella que limitan la producción, como estableció Eliyahu Goldratt en su libro La Meta. Pero, en el sector de los trabajadores del conocimiento, ¿son la tecnologías de la información el cuello de botella que impiden el aumento de la productividad?

Brynjolfsson argumentó que existen cuatro causas probables que explican la paradoja:
  • Medición incorrecta: Existe incremento de la productividad, pero las mediciones no las reflejan.
  • Redistribución: Existe incremento de la productividad a título particular, a costa de las pérdidas de otros, dejando poco incremento neto.
  • Efecto tiempo: El incremento en la productividad aparecer en el largo plazo.
  • Errores de gestión: No hay incremento por las dificultades en gestionar las tecnologías de la información y la información que generan.
De estas cuatro causas, solo una de ellas implica la inexistencia de incremento real de la productividad y está ocasionada por el mal uso de las tecnologías de la información. Es por tanto controlable, puesto que son los empleados los que caen en los errores de gestión, pero para ello es necesario mirar en la dirección adecuada y analizar si se está dando el uso adecuado a las herramientas tecnológicas que actualmente las empresas ponen a disposición de los trabajadores.
¿Se le da el uso correcto a cada herramienta tecnológica (correo electrónico, internet, software de gestión, repositorios de información, etc.) o colaboran a la distracción y por tanto deficit de productividad?

sábado, 20 de octubre de 2012

Knowmads o el regreso de la Polimatía

La Real Academia Española define la polimatía como la sabiduría que abarca conocimientos diversos. El origen de la palabra se remonta a los filósofos griegos grandes eruditos en varios campos de la sabiduría clásica, y en particular a Alexander Polyhistor con el sobrenombre de Polímata.

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El polímata más conocido de todos los tiempos es Leonardo Da Vinci, sus trabajos cubrieron durante  el Renacimiento temas que van desde la pintura hasta el desarrollo urbanístico, pasando por la medicina, la botánica, la filosofía, etc. 

Cuando se piensa en el hombre del renacimiento, la figura que viene a la mente es la de Leonardo. Pero no fue el único, Copérnico, Galileo, Descartes, Newton, Leibniz, Franklin, etc. grandes genios todos ellos a los que se les reconoce su capacidad e innovación creativa en más de una especialidad.

Del hombre del renacimiento surgen los enciclopedistas, con su primer intento de recopilación del saber universal, Diderot y D'Alembert crean durante 20 años L'Encyclopédie, en una Francia pre-revolucionaria y con la oposición de gran parte de la sociedad para ponerlo al alcance de todo el que pudiera permitírselo.

Los avances científicos e industriales del siglo XIX y principios del XX, impulsan a la especialización del hombre. Ya no hay capacidad para aprehender todo el saber conocido. Los sistemas educativos se universalizan estableciendo una base de conocimientos generales básicos y empujando a los formandos hacia una especialización orientada al mundo laboral.

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A finales del siglo XX, con el establecimiento y la consolidación de la Era de la Información, se alcanzó el nivel máximo en la especialización laboral y recuperación y almacenamiento de la información.

La información generada por sí no aporta valor dentro de una organización, es necesario utilizarla para crear, adquirir y transferir conocimiento. Dicho movimiento de la información debe permitir y potenciar el cambio en las organizaciones.

Estamos entrando en la Era del Conocimiento, que difiere de la de la Información en la necesidad de dar valor a todo la información recogida.

Los protagonistas de esta nueva era son los Knowmads, personas que superan la necesidad de la especialización, y que, con toda la información disponible, son capaces de generar conocimiento para el cambio productivo.

¿Es el fin del especialista? ¿Necesita la empresa actual localizar a los knowmads de su organización y potenciarlos?

viernes, 19 de octubre de 2012

La necesidad del cambio

AtribuciónSin obras derivadas Algunos derechos reservados por spenceyc

La Real Academia Española define recurso como el medio de cualquier clase que, en caso de necesidad, sirve para conseguir lo que se pretende.

Adam Smith y el resto de economistas clásicos determinaron entre los siglos XVIII y XIX que los recursos o factores de producción eran tres:
  • La tierra, que identifica los recursos naturales de los que se dispone para la producción de bienes y servicios.
  • El capital, que engloba los recursos que se disponen para producir bienes y servicios.
  • El trabajo, que se corresponde con la medida del esfuerzo hecho por los seres humanos en la producción de bienes y servicios.
Bajo esta concepción, es habitual encontrar el concepto de Capital Humano que iguala a las personas disponibles dentro de un sistema de producción con simples variables numéricas dentro de la fórmula global. 

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El departamento de Recursos Humanos de la empresa actual, según este modelo, está en la obligación de proporcionar el capital humano que el nivel de producción de la empresa exige y mantener el nivel de trabajo de ese capital humano para que la fórmula aplicada proporcione el resultado esperado.

Para ello, la empresa pone a su disposición las herramientas que normalmente son necesarias, dentro de los parámetros de escasez de recursos disponibles.

¿Es este modelo satisfactorio para cubrir las necesidades de la empresa en la economía del conocimiento? ¿Se sentirá a gusto un trabajador del conocimiento cuando se le exijan resultados en base a un modelo industrial?